Lo tenia como borrador

El comienzo de un año nuevo nos invita a de alguna forma junto con el fin de año anterior a revisarnos, a registrarnos, a llevar consciencia a lugares donde no la había, a sentir, a pensar, a cuestionarnos como nos encontramos y a donde queremos llegar. Suelen ser de por si emocionantes ya sea con sentimientos desagradables o no. Creo que en estas épocas hay personas que aman estas fechas y otras que las detestan.

En fin ya hace 31 días de este comienzo de año, de este 2021, de este año tan prometedor, tan esperanzador, tan particular. Es el año siguiente al del comienzo de la pandemia, es el año donde se suponen que pasaran demasiadas cosas, donde habrá esas soluciones mágicas para contrarrestar lo ocurrido en el 2020, tanto a nivel social, como político, económico, salud, nuevas medidas que prometen estabilidad, seguridad.

Y si dejamos de esperar tanto que cambien las cosas, que tengan esas condiciones ideales para poder vivir como queremos?

Y si este año en vez de proponermos mas metas y objetivos, nos enfocamos mas en todo lo que ya somos, independientemente de lo que tengamos o no, de lo que querramos o no, de lo que estemos sientiendo en este momento.

Un nuevo año, comienza con un nuevo día en el calendario. Un nuevo empezar, son todos estos treinta y un días. Todos los días, cada día que te despertas es una buena posibilidad, una oportunidad de hacer las cosas de distinta manera. De agradecer, por despertar en una cama, de poder ver desde una ventana el cielo, o el paisaje que tengas desde donde vivas, el cantar de los pájaros o de las sirenas y los autos, valorar la posibilidad de consumir alimentos, de respirar, de lavarte la cara, de vestirte, de caminar, de oler, de sentir tu cuerpo, de sentir las tensiones en el estomago, la felicidad o ansiedad por un nuevo día, la paz o la anticipación a algo que aun no ha ocurrido, podría seguir escribiendo decenas de cosas que hacemos a diario en automático y siempre queremos ayer o mañana. Para la persona que siente insatisfacción nada puede alcanzarle.

Mi deseo de este año es permitirme sentir amor, soltar el control y el miedo al sentirlo. Sin ponerle ataduras o limitarlo frente a situaciones externas. Sin importar lo que la otra persona haga o diga. Comenzar a reconocer que mas allá de lo que pasa fuera de mi, que por cierto no tengo control de nada, poder estar en paz. Y si por algún motivo me siento perturbada, molesta, sembrarme de pensamientos positivos, porque nada ni nadie me hace nada. Yo elijo que hacer con eso que sucede a dentro mio, tenemos esa libertad seamos o no conscientes de ello. Todas las personas, me incluyo, hacemos lo mejor que sabemos y que podemos hacer. No hay malas intenciones, no hay victimas ni culpables, no hay juicios ni castigos. Se caen.

Menos la atención afuera y más para adentro y veremos como cambia toda nuestra perspectiva sin darnos cuenta. Nada de lo que sucede podría ser de otra manera, es la forma perfecta para integrar, para aprender, para sanar, para amar lo que necesitemos.

Al fin y al cabo no somos más que seres nublados por creencias, limitaciones mentales, por heridas sin sanar, pidiendo que nos amen sin amarnos a nosotros mismos primero por que no sabemos como hacerlo y esperamos igual ese afecto. Cuando podamos habitarnos en nuestro cuerpo, permitiéndonos sentir la alegría y el enojo, la frustración y la plenitud, el afecto y la insatisfacción solo ahí podremos reconocernos, volver a conocernos, llevar consciencia a esos lugares donde todavía no aceptamos nuestro pasado, como somos, la realidad, o como nos gustaría que fueran las cosas o las personas.

Cuando soltamos ese control que creemos tener, cuando nos dejamos aventurar ante lo que nos traiga la vida, confiando, que lo que sea que venga es lo necesario y perfecto para este momento. Cuando se produce ese soltar, puede sentirse una liberación, un alivio en la mente, se diluye el miedo, las preocupaciones, ansiedad, porque nada que nos pase puede ser en vano, porque nada de lo que nos pase podemos cambiarlo.

Todo absolutamente todo tiene un mensaje detrás, una enseñanza a aprender y aprovechar esas situaciones nos permite trasformarnos, crecer, evolucionar, traspasar esas limitaciones. No hay crecimiento sin dolor. Dejarnos de identificar con las emociones porque todo es temporal, el enojo que pueda sentir hoy, mañana quizás no lo sienta mas. Desapegarnos a las personas o situaciones, salir de la historia, salir de las creencias que nos creímos, porque todas las personas hacemos lo mejor que sabemos y podemos. Salir de la mente y ver con ojos de comprensión. Comprender que cada persona vivió lo que tenia que vivir para convertirse en el ser que es hoy, atravesando todas las experiencias que trajeron esas enseñanzas. Cada persona está en el lugar que le corresponde con la función que le corresponde. Si sembramos bonito, cosechamos bonito. Nosotros somos nuestra propia salvación de nosotros mismos, de la mente que crea realidades basadas en la dualidad, en lo que debería ser, pero eso no existe, es falso. Todo es como tiene que ser. La interpretación que podemos darle depende de nuestra personalidad, creer que algo es bueno o malo, esta bien o esta mal. Son interpretaciones. Cuando la persona se sature de sufrimiento solo así querrá soltar el control de que las cosas de sean de otra manera, y poder ver por fin, que si llego a ese preciso momento es porque necesita un cambio de creencias.

Aceptar la realidad, aceptar a las personas, aceptar todo lo que nos rodea incluso nosotros mismos, puede ser muy duro. Porque nos vivimos mintiendo, ilusionando, teniendo expectativas, incluso de nosotros mismos, pero es lo necesario para desde este lugar poder cambiar. No hay personas malas, hay personas ignorantes. Todos podemos equivocarnos, lo que no podemos hacer es no aprender de esa situación, porque de lo contrario se continuara manifestando hasta que nos sobrepase y ahí solo ahí, no podamos evadirla. Aceptarnos, hacernos cargo, de nuestras mentiras, y de nuestras creencias, que son solo eso. En algún momento fue un pensamiento, sembrado a cada momento por minutos, horas, semanas, meses años hasta que nos la creímos convirtiéndola en idea, y luego en creencia. Como adoptamos esa, podemos adoptar otras, con pensamientos mas positivos, sembrando amabilidad, cuidado, respeto, comprensión,

Solo nos transformamos cuando nos atraviesan situaciones que no podemos controlar, dejar de resistirnos al cambio, por que es de la única manera que podemos crecer. Saliendo del personaje que cree que alguien le debe algo, que alguien debe cuidarlo, mantenerlo, atenderlo, darle amor.

Nadie nos debe nada, más que nosotros mismos.

Deja un comentario